Mantener tu coche en perfectas condiciones es algo fundamental; llevar las reparaciones al día, las revisiones y, por supuesto, mantenerlo limpio, tanto por fuera como por dentro.
La limpieza de tu vehículo no es sólo una cuestión estética, sino incluso mecánica, así que, a continuación, vamos a darte 5 consejos para que tu coche esté más que reluciente.
Empieza por el interior
1. El salpicadero
Es muy habitual que el salpicadero se llene de polvo, tierra y restos de comida o bebida. Para limpiarlo, quita el polvo con un paño seco y aspira el salpicadero, incluso las salidas de ventilación. Utiliza un cepillo para llegar a las partes más complicadas.
Es muy recomendable que, además, hidrates los plásticos que lo recubren. Con el sol pueden agrietarse y decolorarse, así que utiliza una bayeta de microfibra humedecida con agua y el producto hidratante que más te convenza.
2. Las alfombrillas y la moqueta
Éstas son las partes del coche que más sufren por la suciedad. Polvo, barro, agua, pelos, suciedad de la calle…
Para limpiar las alfombrillas, sacúdelas con fuerza y utiliza un cepillo específico para ellas. En la moqueta, puedes hacer exactamente lo mismo, sólo que antes de pasar el cepillo, deberás utilizar el aspirador.
Si, aun así, la suciedad persiste, busca algún producto específico para ello, no suelen ser muy caros y dan muy buenos resultados.
3. Los asientos
La pulcritud de los asientos dependerá de lo maniático que seas con tu coche. Si permites comer o beber en él, entre otras cosas.
Para mantenerlos lo más limpios posible, es necesario aspirarlos con frecuencia y, en el proceso, utilizar un cepillo para ayudar a levantar la suciedad. Además, con el cepillo, podrás llegar a las guías o a los rincones más difíciles.
Si tus asientos son de cuero, recuerda que es fundamental hidratarlos para que el sol y el roce no los estropee.
No olvides hacer lo mismo con el maletero, las ventanillas y los retrovisores. La tapicería del coche requerirá un poco más de mimo, pero el resultado será ideal.
El exterior
Una vez hayas dejado el interior de tu coche limpio, es hora de pasar al exterior:
4. Las llantas
En las llantas se puede llegar a acumular una cantidad de suciedad increíble; arena, polvo de las pastillas de freno, barro… Para dejarlas como nuevas, utiliza una pistola de presión para rociar con agua cada llanta y, cuando ya estén limpias, coge un paño y límpialas con el limpiador de llantas específico para ellas. Repasa los bordes, las juntas, los tornillos… con la ayuda de una bayeta de microfibra o un cepillo, te resultará mucho más sencillo. Limpiar las llantas no es una tarea muy costosa, aunque sí necesita de su tiempo para dejarlas brillantes.
5. La carrocería
Ten mucho cuidado con la arena y el salitre, si has estado en zona de playa, pásale un agua a tu coche para eliminar cualquier rastro que pueda dañar tu carrocería. La sal forma una capa encima de la pintura que la daña y hace que no brille, además, es corrosiva y, cuando levante la pintura, dañará la chapa.
En el momento que veas excrementos de pájaros, límpialos enseguida con agua a presión, jabón y esponja. Los restos son ácidos y pueden llegar a corroer la pintura.
Si no tienes tiempo o el poco que tienes quieres dedicarlo a otras cosas, siempre puedes acudir a cualquier centro especializado en lavado, donde te lo dejarán reluciente, por dentro y por fuera, por un módico precio. Sea como sea, el cuidado del coche es fundamental, así que límpialo. Con el tiempo, lo agradecerás.