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Al adquirir un coche de segunda mano a un particular, muchos se preguntan si existe algún tipo de respaldo legal en caso de que surjan algunos problemas mecánicos tras la compra. La respuesta es sí: aunque no se trate de un concesionario, la ley contempla una garantía legal entre particulares, centrada en los llamados vicios ocultos. Esta protección, aunque no es igual a la de un coche comprado a un profesional, sigue ofreciendo ciertos derechos si el coche presenta fallos después de comprarlo.

A diferencia de los concesionarios, que están obligados a ofrecer una garantía de un año como mínimo, entre particulares rige el Código Civil, que establece una garantía de seis meses para coches usados siempre que se demuestre que el fallo era anterior a la venta y no visible en el momento de la compra. Por tanto, la responsabilidad del vendedor de un coche entre particulares no desaparece al firmar el contrato: si el vehículo presenta defectos graves no declarados, el comprador puede reclamar.

Conocer bien los límites y alcances de esta garantía coche segunda mano particulares es clave para evitar sorpresas desagradables y defender con fundamento los derechos del comprador de un coche usado. En este artículo te explicamos qué cubre esta garantía, qué se considera un vicio oculto y cómo actuar si aparecen problemas tras cerrar la compraventa.

¿Qué garantía tiene un coche de segunda mano entre particulares?

Cuando compras un coche usado a un particular, no existe una garantía comercial obligatoria como la que ofrecen los concesionarios o vendedores profesionales. Esto significa que el vendedor particular no está legalmente obligado a reparar o sustituir el vehículo si este presenta problemas después de la compra.

Sin embargo, sí existe una garantía legal frente a los vicios ocultos. Esto quiere decir que el comprador está protegido durante los primeros seis meses tras la adquisición en caso de que aparezcan defectos graves o fallos que ya existían antes de la venta y que no eran visibles o evidentes en el momento de la compra. En otras palabras, que el coche contenga fallas de gravedad conocidas por el vendedor y no hayan sido declaradas en la venta.

Si se demuestra que el coche tenía estos vicios ocultos, el comprador puede exigir al vendedor la reparación, la devolución parcial o total del precio, o la anulación del contrato, siempre dentro de ese plazo y siguiendo los procedimientos legales correspondientes. Es decir, la responsabilidad del vendedor de un coche usado no desaparece y el comprador cuenta con un respaldo legal para protegerse de problemas ocultos que afecten al vehículo.

¿Qué cubre la garantía de seis meses entre particulares?

La garantía legal de seis meses entre particulares se refiere exclusivamente a los vicios ocultos, es decir, defectos o fallos que cumplen tres condiciones clave: eran preexistentes antes de la venta, no eran visibles ni detectables con una inspección razonable en el momento de la compra, y son lo suficientemente graves como para afectar al uso normal del vehículo.

Ejemplos típicos de vicios ocultos incluyen problemas importantes como un motor defectuoso, fallos en la caja de cambios que dificultan o impiden el cambio de marchas, averías en el sistema de frenos o daños en la suspensión. También pueden considerarse vicios ocultos defectos eléctricos graves o fugas importantes de aceite o líquidos que no fueron informadas. Es importante destacar que la garantía no cubre el desgaste normal, ni averías derivadas del uso o falta de mantenimiento tras la compra. Solo protege frente a estos defectos graves y ocultos que existían antes de la venta y no detectados.

¿Qué pasa si el coche tiene fallos tras la compra?

Si el coche presenta fallos que se consideran vicios ocultos dentro de los seis meses posteriores a la compra, el comprador cuenta con varias opciones legales para reclamar. En primer lugar, puede solicitar al vendedor la reparación del vehículo a su cargo, siempre que el problema sea cubierto por la garantía legal.

Otra alternativa es exigir una rebaja en el precio de venta, compensando así el coste de la reparación del defecto. En los casos más graves, donde el fallo imposibilite el uso normal del coche o implique un gasto elevado, el comprador puede incluso pedir la anulación del contrato y la devolución íntegra del dinero.

Para reclamar, es fundamental comunicar el problema al vendedor por escrito, detallando los defectos encontrados y solicitando la solución deseada. Si el vendedor se niega o no responde, el siguiente paso es acudir a un procedimiento judicial o a un sistema de arbitraje de consumo, aportando pruebas que acrediten la existencia del vicio oculto.

¿Está obligado el vendedor a dar garantía?

Aunque el vendedor particular no está obligado a ofrecer una garantía comercial como la que exigen los profesionales, sí tiene responsabilidad legal por los vicios ocultos del coche que vende. Esto significa que, aunque no ofrezca garantía explícita, debe responder si se demuestra que el vehículo presentaba defectos graves y ocultos antes de la venta.

No obstante, es posible que ambas partes pacten contractualmente una renuncia parcial o total a esta responsabilidad, aunque dichos acuerdos deben estar claramente reflejados por escrito y cumplir ciertos requisitos legales para ser válidos. Por ejemplo, una cláusula que excluya la responsabilidad por vicios ocultos puede no ser aplicable si el vendedor actuó con dolo o mala fe, ocultando deliberadamente los defectos.

Cómo protegerse tanto si compras como si vendes

Para evitar conflictos y garantizar una compraventa transparente, tanto compradores como vendedores deben tomar ciertas precauciones. En primer lugar, es fundamental firmar un contrato por escrito donde se detallen todos los aspectos relevantes: características del vehículo, precio, fecha de entrega, y sobre todo el estado en que se encuentra, incluyendo cualquier defecto conocido.

Antes de cerrar el trato, el comprador debería de realizar una revisión técnica completa o acudir a un taller de confianza para inspeccionar el coche y detectar posibles fallos. De igual manera, es recomendable dejar constancia del estado del vehículo con fotos o vídeos que sirvan como prueba en caso de futuras reclamaciones.

También es importante conservar todas las comunicaciones relacionadas con la venta, como mensajes, correos electrónicos o mensajes de texto, donde se reflejen los acuerdos o las advertencias sobre el estado del vehículo. Por último, si deseas limitar o pactar condiciones sobre la garantía, conviene incluirlas expresamente en el contrato para que ambas partes tengan claro hasta dónde llega su responsabilidad.

Comprar un coche de segunda mano entre particulares implica conocer bien los derechos y responsabilidades que establece la ley, especialmente en materia de vicios ocultos. Contar con un marco legal claro protege al comprador frente a defectos graves no visibles y garantiza una transacción más segura para ambas partes. Adoptar buenas prácticas, como formalizar acuerdos por escrito y realizar revisiones previas, es clave para evitar conflictos y preservar la confianza en la compraventa privada.

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