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Conducir en verano es una actividad tan común como gratificante. El tiempo suele acompañar para que puedas visitar una amplia variedad de lugares, desde la playa hasta la montaña. Sin embargo, es indispensable que tu vista esté en las mejores condiciones para garantizar tu seguridad.

Importancia de la visión al volante

Sin duda alguna, la vista es el sentido más importante a la hora de conducir. Piensa que la mayoría de la información que recibes la captas a través de los ojos. Ya sea el movimiento del resto de vehículos, una señal o el estado de la carretera, comprobar su situación o comportamiento depende de tus ojos.

Cuando tu visión está en las mejores condiciones, no te cuesta calcular con precisión las distancias. También es más sencillo interpretar la velocidad relativa de los objetos en movimiento y su trayectoria. Así, en función de lo que hagan o de si aparece un obstáculo, podrás evitar una colisión.

Además, si tu vista fuera deficiente, tu campo visual sería menor al habitual. Esto incrementa el tiempo de reacción y reduce la capacidad de evaluar los riesgos en carretera. Por ejemplo, al acercarte a una señal de stop, tardarías más que otros conductores en detectarla y frenar. 

Un campo visual menor implica que tu visión periférica se reduce. La consecuencia de esto es que, cuando percibes a un peatón, quizás se encuentre demasiado cerca del coche. Lo mismo ocurre con los vehículos que se aproximan desde un lateral. También hay que tener en cuenta la presencia de defectos en la percepción de profundidad, pues afectan tanto al aparcar como al adelantar.

Junto con lo anterior, existen varias condiciones que se acentúan cuando tienes problemas de visión que no se han corregido. Este es el caso del deslumbramiento nocturno o de la sensibilidad al contraste. Ambos pueden provocar fatiga visual y aumentan el riesgo de que se produzca un accidente.

¿Cuál es la normativa de agudeza visual para los conductores?

Para garantizar la seguridad al volante, el Reglamento General de Conductores exige que la agudeza visual binocular mínima será de 0,5 para quienes manejen vehículos del grupo uno (coches o motos, por ejemplo). Además, la visión del ojo en peores condiciones no podrá ser menor que 0,1. En cualquier caso, es posible alcanzar los valores mencionados mediante correcciones ópticas.

En el caso de los conductores profesionales, la exigencia es más estricta. Aquellos que conduzca un camión o un autobús, necesitan que su ojo mejor tenga una visión de 0,8. El peor tendrá un mínimo de 0,5. En ambos casos existe un límite de corrección óptica de ocho dioptrías.

Ahora bien, ¿qué se consideran correcciones ópticas? Dentro de este término se engloban las gafas o las lentes de contacto. Gracias a ellas, puedes disfrutar de una mejor visión, siempre respetando las indicaciones del Reglamento. Al mismo tiempo, si usas lentes intraoculares, estas no se son una corrección óptima.

Asimismo, la normativa exige que el campo visual binocular sea normal. Esto quiere decir que no puedes tener diferentes deformaciones o problemas. Tal es el caso de los escotomas, que son zonas del campo visual donde la visión es nula o está muy reducida.

Otro aspecto relevante del Reglamento es que se permite circular con visión monocular, es decir, de un solo ojo. Esta situación afecta únicamente a los conductores de no profesionales y el ojo debe tener una visión de 0,5 o superior. También se incluirán en el vehículo varias ayudas a la conducción, como espejos adicionales.

gafas de sol para conducir en verano

Conducir en verano y riesgos nocturnos cuando no se ve bien

Ya sabes que disfrutar de una buena salud al volante es esencial. No solo garantizas tu seguridad, sino que cumples con la normativa vigente. Así, reduces los riesgos inherentes a la conducción, sobre todo durante la noche. Ten en cuenta que en estas circunstancias te expones a lo siguiente:

  • Deslumbramiento por luces largas o faros mal regulados. Si tienes problemas visuales, la dificultad para adaptarte a cambios bruscos de la iluminación es mayor, lo que puede provocar ceguera momentánea y pérdida de control.
  • Disminución de la agudeza visual en condiciones de baja iluminación. Defectos leves, como la miopía o el astigmatismo reducen la nitidez. Esto hace que distinguir señales, peatones o bordes de calzada sea más difícil.
  • Pérdida de sensibilidad al contraste. La visión durante la noche depende de recibir pequeños matices entre luces y sombras. Si tu vista está comprometida, te costará detectar objetos oscuros sobre asfalto, como animales o ciclistas sin iluminación.
  • Reducción del campo visual efectivo. Las alteraciones visuales limitan la visión periférica y lateral, esenciales para anticipar movimientos de otros vehículos, salidas o incorporaciones.
  • Mayor tiempo de recuperación tras un deslumbramiento. En caso de padecer cataratas iniciales o problemas de adaptación pupilar, necesitarás más tiempo para volver a ver con claridad.
  • Incremento de la fatiga ocular y mental. Esforzarse para ver con nitidez en condiciones adversas genera cansancio visual, dolores de cabeza y pérdida de concentración. Esta combinación también impactará de lleno en tu capacidad de reacción.
  • Alteraciones en la percepción de distancias y velocidad. Una visión nocturna deficiente provoca errores al calcular la velocidad de vehículos que se aproximan, sobre todo en carreteras secundarias sin iluminación.

Consejos para conducir durante la noche

Dada la dificultad inherente de circular de noche y la importancia de ver bien al conducir, presta atención a estos consejos:

  • Revisa el estado de los faros y limpia los cristales. Cuando están sucios, su capacidad para iluminar baja y hasta puede que deslumbren a otros conductores. Mantenlos siempre en las mejores condiciones.
  • Regula la altura de las luces. Ajusta de forma adecuada la inclinación para maximizar el alcance sin deslumbrar. Si el vehículo va cargado, comprueba que los faros no apunten demasiado alto.
  • Reduce la velocidad. Con menor visibilidad, el campo visual y el tiempo de reacción se reducen. Circular más despacio te permite detectar obstáculos y actuar con seguridad.
  • Evita mirar directamente a las luces de los vehículos que vienen de frente. Dirige la vista al arcén derecho para mantener la trayectoria sin deslumbrarte y reducir el efecto de las luces largas.
  • Descansa cada dos horas o cuando notes fatiga. Conducir de noche incrementa la somnolencia. Hacer pausas, estirarse y airearse previene la fatiga ocular y mental.
  • Aumenta la distancia de seguridad. La menor visibilidad nocturna requiere mayor margen para frenar ante imprevistos.
  • Evita distracciones dentro del vehículo. Mantener el habitáculo en penumbra y sin luces encendidas mejora la adaptación visual al exterior.
  • Revisa tu visión de forma periódica. Problemas no corregidos como miopía, cataratas o deslumbramiento dificultan la conducción nocturna y aumentan el riesgo de accidente. ¿Cada cuánto efectuar las comprobaciones? Estás a punto de descubrirlo.

Claves para conducir en verano

  • Hidrátate antes y durante el viaje. Conducir con calor excesivo provoca deshidratación, disminuye la concentración y retrasa los tiempos de reacción. Bebe agua con regularidad, incluso si no tienes sed.
  • Revisa el estado del vehículo antes de salir. Comprueba el nivel de aceite, líquido refrigerante, el de frenos y presión de los neumáticos, ya que el calor afecta su rendimiento y puede provocar averías o reventones.
  • Utiliza ropa ligera y cómoda. Prendas transpirables y calzado adecuado mejoran el confort y la movilidad al volante, lo que evita distracciones o molestias durante la conducción.

¿Cuál es la frecuencia recomendada de revisiones?

En términos generales, la frecuencia de las revisiones oculares depende de la edad, la presencia de defectos refractarios y la salud general. Se recomienda que los adultos sanos sin problemas visuales previos realicen un examen cada dos años. Esto te permite detectar alteraciones iniciales que pueden pasar desapercibidas, como el desarrollo de un glaucoma.

Para las personas con defectos refractivos congénitos, como la miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, se recomienda una revisión anual. Al fin y al cabo, la graduación de la vista puede variar en poco tiempo, lo que afecta de lleno a la agudeza visual. Recuerda que, si esta no se encuentra por encima de ciertos umbrales, no podrás conducir.

En el caso de los mayores de 65 años, la revisión debe realizarse al menos una vez al año. La edad aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades, así que lo ideal es que el control sea mayor y más exhaustivo. Algunos problemas que pueden aparecer son el glaucoma, la degeneración macular o las cataratas. En todos estos casos, la visión se va reduciendo, algo que sin duda afecta a la seguridad durante la conducción.

Un caso especial lo representan los conductores profesionales, que deben cumplir con la periodicidad que marcan desde la DGT. Para ellos es obligatorio pasar una revisión médica y visual en cada renovación de carnet, que suele ser cada cinco años hasta los 65 y cada tres a partir de dicha edad. Eso sí, un control anual es muy recomendable para garantizar la seguridad personal y tanto de los pasajeros como de la carga.

Como has podido ver, conducir en verano depende en buena medida de tu salud ocular. No olvides revisarla cada pocos años y, en caso de tener algún problema en la vista, ten las debidas precauciones para mantener una adecuada seguridad al volante. Y si estás buscando un coche nuevo, en Clicars tenemos un extenso catálogo con seminuevos y de segunda mano. ¡Visita la web para conocer los mejores modelos!

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