Skip to main content

La depreciación de un coche es un hecho inamovible que sucede justo después de que este salga del concesionario. Acabas de comprar ese brillante y reluciente coche que tanto querías, pero ¡sorpresa! Apenas lo usas un poquito y su valor ya comienza a disminuir más rápido que un conejo saliendo de un sombrero. Y salvo ciertas excepciones, es algo que le ocurre a todos los coches según acrecientan su edad.

El valor de un coche es como un reloj de arena: una vez dado vuelta, comienza su inevitable cuenta regresiva. Con cada giro del reloj y con cada kilómetro, ese valor monetario empieza a desvanecerse. El paso del tiempo y el uso continuo ejercen su influencia sobre el vehículo, desgastando todos sus componentes y dejando algunas marcas en la pintura y el interior. Cada rasguño, abolladura o signo de desgaste cuenta una historia de aventuras y experiencias, seguro, pero a la vez contribuye a la devaluación del mismo. 

Factores que influyen en la depreciación de un coche

Pero, ¿por qué ocurre esta misteriosa desaparición de valor? Bueno, resulta que hay varias razones detrás de este fenómeno como parte natural de todo ciclo de vida, dejando atrás recuerdos y experiencias mientras avanza hacia un nuevo capítulo.

En primer lugar, está el desgaste y el uso diario del coche: cada kilómetro que haces y cada roce y marca que sufre tu compañero de viajes hacen que pierda cada vez un poquito de su encanto. El kilometraje recorrido por un vehículo es uno de los factores más importantes que influyen en su depreciación. En general, cuanto más kilometraje tenga un coche, menor será su valor en el mercado de segunda mano, ya que se considera que ha experimentado más desgaste y uso.

Por supuesto, la edad del coche es otro factor determinante en su depreciación. Por norma general, todos los coches tienden a perder valor con el tiempo, independientemente de su kilometraje, ya que el público mayoritario prefiere los modelos más nuevos con tecnología y características actualizadas. Ahí viene la ley de la oferta y demanda, que con el lanzamiento de nuevos modelos casi a diario, hace que tu coche parezca ya pasado de moda, algo que no ayuda a realzar sus aptitudes.

Y no olvidemos la tecnología: ¿recuerdas ese sistema de navegación de última generación que tanto te emocionó al principio? Seguro que ya está un poco anticuado comparado con las últimas innovaciones. Los modelos populares y bien valorados pueden retener mejor su valor en comparación con los modelos menos populares, sí, pero nadie buscará aquellos que vengan “cargados” con tecnología que parece sacada de los primeros teléfonos móviles con pantalla a color. No llama la atención.

Otro factor a tener en cuenta son las condiciones del mercado. Por ejemplo, en períodos de recesión económica o crisis financiera, la demanda de vehículos nuevos y usados disminuye, lo que resulta en una mayor depreciación de los vehículos. Del mismo modo, los cambios en las tasas de interés, los precios del combustible y otros factores económicos pueden influir en la depreciación de los vehículos.

Por último, pero no menos importante, aquellos coches que han estado involucrados en un accidente o que han sufrido daños importantes pueden experimentar una depreciación más rápida que los vehículos sin historial de accidentes. Incluso después de hacer reparaciones completas y certificadas, es un hecho que sigue siendo un coche marcado y tendrá un valor de reventa más bajo debido al historial de daños.

Porcentaje típico de depreciación

La depreciación de un coche tiende a ocurrir con mayor rapidez durante los primeros años de propiedad, especialmente en los primeros dos o tres años. Durante este período, el valor del vehículo puede disminuir hasta un 20 % o más, dependiendo de varios factores, como la marca y modelo, la demanda del mercado y el kilometraje acumulado.

En el caso de los coches nuevos, la depreciación suele ser más pronunciada estos primeros años, ya que experimentan una rápida pérdida de valor nada más son matriculados debido al efecto de la depreciación inicial. Las estimaciones abogan porque un coche nuevo puede perder hasta un 30 % de su valor en el primer año y alrededor del 50 % en los primeros tres años de propiedad.

Por otro lado, los coches usados tienden a experimentar una depreciación más gradual en comparación con los nuevos. Sin embargo, la tasa de depreciación varía significativamente según factores como el kilometraje, la edad del vehículo, el estado de mantenimiento y la demanda del mercado. En general, se estima que los coches con cierto rodaje pierden entre un 15 y un 25 % de su valor en el primer año de propiedad, con una tasa de depreciación más lenta en los años siguientes.

Estrategias para minimizar la depreciación

¡Efectivamente! Aunque la depreciación de tu coche sea un valor seguro, siempre puedes minimizar los daños y mejorar la rentabilidad en el proceso de venta de tu coche siguiendo algunos pequeños consejos. Sabemos que no es del gusto de todos, o especialmente fácil si el vehículo en cuestión ya ha pasado por varias manos, pero que no quede por intentarlo. A continuación te ofrecemos algunas sugerencias prácticas para mitigar la depreciación:

Contar con un mantenimiento regular: si eres capaz de estar pendiente del mantenimiento del coche recomendado por el fabricante con un historial completo y detallado, contarás con muchas más papeletas para aumentar el valor percibido del coche y ayudar a mantener su buen funcionamiento a lo largo del tiempo, aunque sea con otro dueño.

Evitar hacer modificaciones excesivas: si bien hay algunas modificaciones pueden mejorar la estética o el rendimiento del coche, pueden reducir su valor de reventa y limitar el interés de los compradores potenciales, como bien nos demuestra el mercado. Por eso, evita las modificaciones excesivas o personalizaciones costosas, ese dinero nunca volverá.

Elegir marcas que retengan bien su valor de mercado: investiga  y elige una marca y modelo que goce de buena reputación en la retención de su valor en el mercado de segunda mano. Algunas marcas tienen una mejor reputación en este aspecto debido a su calidad percibida, fiabilidad y demanda en el mundo de los vehículos usados.

Cuidar la apariencia del exterior e interior: cuando mantienes el coche limpio y en buenas condiciones tanto por dentro como por fuera, da la sensación de que el coche es cuidado y querido. Lávalo a menudo, encera la pintura para protegerla contra los daños causados por los elementos externos y trata de lucir un interior limpio y libre de desgaste excesivo.

Saber cuándo es el momento adecuado para vender: es vital saber cuándo es el momento óptimo para intercambiar tu coche. Si las prisas no son una prioridad, debes tener en mente que, tal vez, es una buena idea vender el coche antes de que experimente una depreciación significativa, o cambiarlo por un modelo más nuevo cuando aún tenga un valor razonable.

Impacto de la depreciación en la compra y venta de vehículos

La depreciación afecta tanto a los compradores como a los vendedores de automóviles de diferentes maneras, y entender cómo funciona este proceso ayuda a ambas partes a tomar decisiones financieras más informadas.

Para los compradores, la depreciación puede ser tanto una bendición como una maldición. Por un lado, la depreciación significa poder comprar un vehículo usado por mucho menos dinero que uno nuevo, lo que permite ahorrar considerablemente en el desembolso inicial. Por contra, también significa que el coche perderá valor con el tiempo, siendo importante considerar cuánto se deprecia el modelo que están evaluando y hasta cuánto podrían recuperar si deciden venderlo en el futuro. Además, aquellos modelos con una alta tasa de depreciación pueden ser menos atractivos para los préstamos de financiamiento.

Para los vendedores, la depreciación puede representar una pérdida significativa de valor en su inversión inicial. Remarcamos una vez más que los coches comienzan a depreciarse tan pronto como salen del concesionario, por lo que vender un vehículo después de sólo unos pocos años de propiedad puede resultar en una pérdida considerable de valor. Sin embargo, venderlo antes de que su depreciación alcance su punto máximo puede ayudar a minimizar estas pérdidas. Además, si el historial de mantenimiento y los demás factores descritos unas líneas más arriba se cumplen, se puede persuadir para maximizar el valor de la venta.

En términos generales, la depreciación es una realidad inevitable para la gran mayoría de los propietarios de un coche, pero entender el proceso también nos ayuda a tomar decisiones informadas al comprar y/o vender un coche. Factores como la marca y modelo del coche, el mantenimiento, la región geográfica, las condiciones del mercado y de cualquier historial de accidentes o daños pueden influir en la tasa de depreciación. Sigue estos consejos y puedes estar seguro que podrás maximizar el valor de tu inversión en el coche con el tiempo.