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Comprobar la presión de los neumáticos es clave en cualquier coche. Es un factor fundamental a tener en cuenta, ya que las ruedas son el único elemento de un coche que está siempre en contacto con la carretera. Llevar una presión óptima en tus neumáticos es una cuestión de seguridad con la que evitarás reventones, pero también afecta al consumo de tu coche. Si la presión de las ruedas no es la correcta, gastarás más gasolina y a su vez gastarás más el neumático, por lo que revisar la presión antes de emprender un viaje debería ser obligatorio.

¿Cuál es la presión correcta de los neumáticos?

Esta es la pregunta que la mayoría de los conductores se hacen, incluso cuando llegan a la gasolinera y ya están delante del aparato con el que comprueban que las ruedas están correctamente. La respuesta a cuál es la presión correcta está en varios sitios. Algunos coches traen esta información en el marco de la puerta. Otros traen la presión de las ruedas en el manual de mantenimiento. Los hay también que indican esta medida en la tapa del depósito de combustible.

Si no eres capaz de encontrar la presión de los neumáticos de tu coche en estos lugares, como última opción puedes buscar en webs especializadas, donde te pedirán datos como la marca y el modelo de tu vehículo, el año y la cilindrada. Como resultado obtendrás la referencia de tu neumático, que se compone de cuatro partes. Por ejemplo, veámoslo con un 215/60 R 17:

  • 215: indica la anchura de la rueda en milímetros
  • 60: hace referencia a la serie e informa de la relación entre anchura y la altura, que en este caso sería del 60%
  • R alude a la estructura, radial en este caso
  • 17: diámetro exterior de la llanta en pulgadas

Este número podrás encontrarlo también en el perfil de la rueda. Obtenido el mismo, en las webs de consulta te saldrán dos medidas expresadas en bares: son las presiones de neumático normal y la presión para cuando vamos a circular con el coche cargado. Asimismo, es común que la presión de las ruedas delanteras no sea igual a la de las traseras, por lo que es importante que compruebes bien cada dato y lo tengas en cuenta en tu inflado o comprobación.

¿Cómo medir la presión de los neumáticos?

El proceso es fácil. Puedes hacerlo desde una gasolinera o desde casa si tienes un aparato para comprobar la presión. Los hay que se pueden enchufar en el mechero del coche. En cualquiera de los dos casos, debes medir la presión con el coche apagado y en parado. Los neumáticos han de estar fríos para que tu medición sea la correcta, por lo que no compruebes la presión de tu coche después de hacer kilómetros, ya que esta es una acción que tienes que hacer al principio del viaje. Los pasos a seguir para comprobar la presión del neumático son los siguientes:

  1. Selecciona o ten en cuenta la presión de tus ruedas indicada por el fabricante
  2. Quita los tapones de las ruedas y guárdalos
  3. Engancha la manguera del nanómetro al pitorro de la rueda
  4. Comprueba la presión que tienen y compárala con la recomendada por el fabricante
  5. Añade o quita presión según el valor que has obtenido con esta comprobación
  6. Algunas máquinas en las gasolineras ya efectúan esta acción de modo automático, si no es cuestión de apretar o soltar para que salga el aire
  7. Recuerda poner los tapones de todas las ruedas.

¿Qué sucede si no compruebo la presión de mis neumáticos?

La acción de comprobar la presión de tus neumáticos no va a llevarte más de 5 minutos y los expertos recomiendan hacerla por lo menos una vez al mes o antes de un viaje largo. Con este simple gesto, evitarás los riesgos y problemas que generan tanto el exceso como la baja presión. Si los neumáticos tienen una presión muy alta, agarran peor y tienen mayor riesgo de sufrir un reventón. Esto también puede afectar a la suspensión o a la dirección.

Si circulamos con una presión demasiado baja en los neumáticos, lo más seguro es que nuestro coche nos envíe una alerta que se refleja en el cuadro del coche. Con baja presión, los neumáticos pierden adherencia, tienden a sobrecalentarse e incluso pueden desllantar y reventar. Esto es un peligro enorme, ya que podemos perder el control del coche y tener un accidente. A esto hay que añadirle que, si circulamos con baja presión en las ruedas, nos será más difícil controlar nuestro coche en suelo mojado y podremos sufrir el efecto aquaplanning, por el que el neumático no es capaz de evacuar el agua y desliza. Además, llevar una presión demasiado baja en los neumáticos aumenta los consumos y el desgaste de la propia rueda al aumentar la resistencia a la rodadura.

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