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¿Alguna vez te has preguntado qué función tiene el filtro de partículas en tu coche? Seguro que lo has visto en las especificaciones, o incluso te lo ha mencionado el mecánico, pero… ¿realmente compensa tenerlo o es un gasto adicional que podrías evitar? Hoy en día, con tantas normas, etiquetas medioambientales y restricciones de circulación, es normal que surjan dudas. Por eso, en este artículo vamos a explicarte, sin rodeos, qué es exactamente este filtro, cómo afecta al coste del vehículo y qué impacto ecológico presenta.
¿Qué es el filtro de partículas y para qué sirve?
¿Te has parado a pensar cuántas partículas genera el motor de tu coche cada vez que lo arrancas? Estas partículas, si no se filtran, pueden contribuir a la contaminación del aire y afectar a la salud pública. Por eso, desde hace años, especialmente a partir de la normativa Euro 5, el filtro de partículas, también conocido como filtro de emisiones o sistema antipolución, se ha vuelto casi obligatorio en los motores diésel, y poco a poco también se ha colocado en muchos gasolina.
Este filtro antipartículas se coloca en el sistema de escape de los vehículos y su misión es sencilla pero crucial: atrapar las partículas contaminantes que se generan durante la combustión del motor antes de que salgan por el tubo de escape. En otras palabras, hace de barrera entre tu coche y el planeta. Así, cumple el objetivo de reducir la polución, además de cumplir con las normas, cada vez más estrictas, sobre emisiones.
¿Cómo funciona este filtro?
Aunque parezca complejo, el funcionamiento del filtro de emisiones es más simple de lo que parece. Está formado por una estructura cerámica o metálica con canales que dejan pasar los gases, pero atrapan las partículas sólidas. Sin embargo, con el tiempo, las partículas se acumulan y el filtro necesita limpiarse para seguir funcionando correctamente.
Ahí es donde entra en juego un proceso de limpieza que se llama regeneración, y consiste en quemar automáticamente las partículas acumuladas. Es bueno que sepas que existen dos tipos de regeneración:
- Regeneración pasiva: la quema de partículas ocurre de forma automática cuando el vehículo alcanza altas temperaturas durante la conducción, por ejemplo, al circular en autopista durante un rato. En este caso, el calor del motor se encarga de todo.
- Regeneración activa: en trayectos cortos o urbanos, el coche no alcanza las condiciones para la regeneración pasiva. Por eso, en este caso, el coche fuerza el proceso de regeneración inyectando más combustible para elevar la temperatura de los gases de escape y quemar esas partículas sobrantes.
En caso de que ninguna de las dos regeneraciones se produzca con frecuencia, es cuando comienzan los problemas y puede hacer que el coche acabe en el taller antes de tiempo. Por eso, es importante mantener el filtro antipartículas en buen estado para garantizar su eficacia y evitar problemas mecánicos.
¿Cómo afecta al coste de un vehículo este elemento?
Ahora ya sabes que el filtro de partículas ayuda a reducir emisiones, pero… ¿es cierto que encarece el precio del coche? Vamos por partes, pues sí que es cierto que este componente tiene sus implicaciones económicas, tanto en la compra como en el mantenimiento.
¿Sube el precio del coche?
Un poco, sí. Los vehículos que llevan filtro antipolución suelen ser algo más caros que los que no lo llevan, pero hoy en día casi todos los coches diésel lo incorporan de serie, y cada vez más gasolina también. Esto significa que no es un ‘extra opcional’, sino algo que viene por defecto.
Por eso, esa diferencia de precio es cada vez menor. Además, si estás buscando vehículos reacondicionados, como los que tenemos en Clicars, esa variación casi ni se nota.
¿Y el coste de mantenimiento?
Aquí sí que tienes que prestar atención, ya que el sistema antipartículas necesita que lo cuides un poco para que no te pase factura, literalmente. Los costes más habituales son:
- Limpieza profesional del filtro: entre 100 y 300 €
- Sustitución completa del filtro: puede superar los 1000 €
- Diagnóstico o regeneración forzada en taller: entre 80 y 150 €
¿Y el consumo de combustible?
Cuando el filtro de partículas está sucio o no regenera bien, el coche tiene que hacer más esfuerzo para expulsar los gases. El resultado, en ese caso, es más consumo, menos eficiencia y pérdida de potencia.
Por eso debes estar atento si aumenta el consumo de tu coche sin razón aparente, si el coche te da tirones o si se enciende un testigo en el cuadro que señale el error, normalmente el de ‘check engine’.
La función ecológica de estos filtros
Te garantizamos que este accesorio técnico no es solo una imposición legal, sino que cumple un papel activo en la mejora del aire que respiramos.
¿Qué contaminantes evita?
Cada vez que un coche arranca y el motor se pone en marcha, sobre todo si es diésel, se generan unas micropartículas de hollín, cenizas y residuos sólidos que son invisibles a simple vista… pero sí se respiran y son muy dañinas. El filtro antipolución actúa como una esponja: retiene más del 90 % de esas partículas antes de que salgan por el escape.
¿Esto se nota en el día a día?
¡Sí, mucho más de lo que parece! Las ciudades que tienen coches antiguos en circulación (sin filtro) tienen mayores niveles de partículas finas en el aire. Esto hace que haya más problemas respiratorios, alergias y asma, entre otros ejemplos.
Por eso, desde hace años, cada vez más normativas apuestan por obligar a que los vehículos incluyan tecnologías de reducción de emisiones, y es que no se trata solo de pasar la ITV o tener una etiqueta ECO, sino de hacer que el coche contamine menos de verdad. En ese sentido, el filtro de partículas tiene un papel protagonista.
¿Por qué los coches sostenibles también llevan filtro?
Cuando se habla de coches sostenibles, muchas veces se piensa solo en eléctricos o híbridos, pero hay un gran número de vehículos de bajas emisiones, como los diésel Euro 6 o los gasolina con etiqueta ECO, que llevan filtro antipartículas.
¿Por qué? Porque ser sostenible no es solo emitir menos CO₂, sino también reducir el resto de partículas nocivas, que afectan a la salud de todos.
Pros y contras de los filtros de partículas: ¿Son realmente convenientes?
Después de todo lo que hemos visto… ¿Vale la pena tener un filtro de partículas en el coche? La respuesta rápida sería ‘sí, pero depende del uso que le vayas a dar’. Cada conductor es distinto, y no todos los coches ni todos los trayectos son iguales. Por ello, aquí te dejamos los puntos a favor y en contra, para que lo tengas claro, sin tecnicismos ni promesas vacías.
Ventajas del filtro de partículas
Tener un filtro de partículas en el coche tiene bastantes puntos a favor, sobre todo si lo que buscas es conducir tranquilo, sin sobresaltos en la ITV y sabiendo que estás haciendo tu parte por el medio ambiente. Aquí van sus principales ventajas:
- Menos contaminación, más salud: el filtro antipolución reduce hasta en un 99 % las partículas sólidas que salen por el escape. Si buscas un coche que no solo cumpla la normativa, sino que realmente contamine menos, este componente es clave.
- Cumple con las normativas actuales (y las que vienen): tener un coche con sistema antipartículas es, a día de hoy, prácticamente obligatorio para circular sin restricciones en muchas ciudades. Además, con las zonas de bajas emisiones cada vez más presentes, es una forma de no quedarse fuera.
- Mejora el valor del vehículo: un coche con filtro en buen estado tiene más posibilidades de pasar la ITV, acceder a etiquetas medioambientales favorables y mantener su valor en el mercado de segunda mano. Esto se traduce en una ventaja clara si en el futuro decides venderlo.
Desventajas del filtro de partículas
Ahora bien… el sistema antipartículas también tiene su parte menos amable, y conviene que la conozcas, ya que, dependiendo del tipo de trayectos que hagas o del uso que le des al coche, puede acabar siendo más una carga que una ayuda. Te lo explicamos claro:
- Coste de mantenimiento: si el filtro de emisiones no se regenera correctamente, puede obstruirse, y eso significa visitas al taller. Ya te hemos hablado antes de los precios de limpiarlo y cambiarlo. Por tanto, tienes que tener claro que es un componente que hay que cuidar.
- Dependencia del tipo de conducción: como ya te hemos explicado, este sistema no lleva bien los trayectos cortos ni el atasco diario. Si el coche no alcanza temperatura suficiente, el filtro no se limpia solo, es decir, si tu día a día es puramente urbano, el riesgo de fallo aumenta.
- Más consumo en momentos puntuales: durante la regeneración, el coche puede consumir algo más de combustible. No es una barbaridad, pero si el proceso es forzado (porque no ha podido hacerse de forma natural), sí puede notarse.
En resumen, el filtro de partículas no es un invento sin sentido, sino que se coloca para reducir el impacto de la conducción en el entorno y cumplir con las normativas medioambientales. Si estás en ese momento de comprar coche, ese detalle importa y mucho. En Clicars te lo ponemos fácil, pues todos nuestros vehículos reacondicionados pasan controles exhaustivos, incluido el sistema antipolución. ¡Entra en nuestra web ahora y descubre nuestra amplia selección!